dijous, d’agost 09, 2012

ARTICLE SOBRE LA CRISI ECONÒMICA ESPANYOLA AL DIARI FRANCÈS L'ESPOIR

España quiere vivir Después de más de 15 años de fuerte crecimiento, artificialmente fundado sobre el endeudamiento y la especulación inmobiliaria, la quiebra de España es la de una estrategia antinacional, partidaria de la división internacional del trabajo y del crédito fácil improductivo. Privatizaciones, flexibilidad, rigor presupuestario y apertura al mundo: la España del milagro era turística y bancaria, bien instalada en este hueco, en un pueblo-mundodonde cualquier producción equivale a otra. La Historia económica no hace regalos; como se dice: quien quiere seguir al rey se convierte en su bufón. La liberalización financiera en Europa correspondió a los intereses de una casta mundial de los poseedores. Fue la expresión de una relación de fuerza ideológica y no de una colaboración entre Naciones. Por encima de las leyes y de las fronteras, los financieros jugaron. Y fue España quién perdió. La cuenta sale cara Consecuencia de una nueva contracción del PIB del 2 al 3 % para 2012, la tasa de paro alcanzará próximamente, según el presidente del gobierno, el conservador Mariano Rajoy, la triste cifra del 24 % de la población activa del país (1). Para restablecer su déficit público por debajo del 3 %, y luego del 0,5 %, si el tratado relativo al Mecanismo.Europeo.de Estabilidad es ratificado, el gobierno anunció un período de austeridad sin precedente; cada ministerio deberá así reducir su presupuesto un 15 % este año (2). El ciclo infernal de los tipos de interés prohibitivos y del reembolso mediante el rigor está en marcha según el mismo proceso que en Grecia o que en América Latina en los años 1980, la inicua década perdida (3). Debilitado en todos los sectores por un consumo átono (en otro tiempo alentado por el crédito) e incapaz de recapitalizar a sus bancos, principales acreedores del sector público, el país está al borde del precipicio. El precedente griego es implacable: se acerca la falta de pago. Consecuencia de tal situación, España está expuesta a una humillante puesta bajo tutela por la Troica. Y en un contexto social extremadamente tenso hecho de huelgas, manifestaciones, expropiaciones y paro, no se descarta que los principales partidos de gobierno, el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) pronto se encuentren rechazados en bloque; particularmente en beneficio de los partidos autonómicos o independentistas. España consta de 17 comunidades autónomas desde la constitución de 1978 cuyos particularismos más o menos fuertes se han reforzado estos últimos años en un fondo de divergencia económica, estando Cataluña y País Vasco entre las comunidades más ricas - un fenómeno observado también en Bélgica o Italia. Única defensa potencial frente a las agresiones del comercio y de los capitales, el Estado español, ya débil, agoniza bajo los golpes de sable de la derecha liberal que privatiza y destruye el derecho laboral poco a poco. Sin perspectivas ni esperanza, España es de nuevo tierra de emigración desde el 2011 con destino a Alemania, Reino Unido o América Latina. Especialización y concentración de la producción España es la cuarta potencia industrial de la zona Euro detrás de Alemania, Francia e Italia. Confrontada a los mismos problemas que sus vecinos latinos, pero más acentuados, su tejido económico es poco diversificado, dependiendo demasiado de algunos sectores claves: el sector inmobiliario (el 10 % de los activos), el turismo (el 11 % del PIB) la industria agroalimentaria, los transportes, y los sectores aeronáuticos y bioquímicos. También cuenta algunos líderes mundiales en las telecomunicaciones (Telefónica), la industria petrolera (Repsol YPF) y el automóvil (Seat) (4), pero sufre de la fuerte competencia internacional en los sectores intermediarios. En definitiva, es como una pequeña Francia, menos poblada (45 millones), menos productiva y mucho menos integrada en el comercio internacional. Pero qué no se equivoquen. Porque no fue España sola ni siquiera los españoles, inconscientes, como alguien dijo, los que fallaron; sino la ilusión que la extraversión de las economías es garantía de enriquecimiento y de progreso. ¡Oh!.. fanáticos europeos... las teorías liberales del comercio internacional omiten considerar que las Naciones son más que simples obreros en una fábrica ; que son realidades complejas al servicio de intereses propios, culturales e históricos; qué sus dependencias tanto comerciales como militares amenazan igualmente su riqueza efectiva (y no provisional, como una burbuja de precios inmobiliarios o bancarios) y su supervivencia futura. Qué no se pisoteen en 25 años las realidades nacionales de economía heredadas de Colbert, de Friedrich List o de Bismark, que llevaron Europa al despegue. ¿Entonces que hay que producir? Hay que producir un máximo. Diversificarse al resguardo de la competencia extranjera con el fin de permitir la implantación del conocimiento, de técnicas y de empleos en el territorio nacional. Un estado debe ser capaz de garantizar el abastecimiento de su mercado nacional para las mercancías estratégicas, y de sustitución si es posible, reducir su dependencia financiera a lo estrictamente necesario y poner en común con países socios lo que le parece conforme a los intereses de sus habitantes. La Europa de la "competencia libre y no falseada "hace exactamente lo contrario”: Adaptación al gran mercado, especialización, concentración, todo esto en nombre de un beneficio relativo puesto que no se redistribuye. Necesitamos priorizar nuestro mercado nacional en Europa. Alemania también llegará a lo mismo. Seguir Y decaer El descubrimiento de las Américas, la ruta de las Indias, las colonizaciones nacidas de las revoluciones industriales siempre correspondieron a grandes cambios estratégicos en el orden mundial. Lo que Fernán Braudel describió como desplazamientos sucesivos de los centros de la economía mundial(5). Primero Venecia, luego Ámsterdam, luego Londres y por fin Nueva York... El tiempo nos demuestra hasta qué punto el comercio no tiene piedad para los que se inclinan ante las condiciones comerciales de otros. Ámsterdam, ante la marina inglesa, Portugal ante los industriales ingleses en 1703 y el tratado de Méthuen, la Argentina moderna ante los dogmatismos de primarización , La África de los años 80 y 90 ante los gánsteres de la OMC y del Fondo Monetario Internacional (6) Tal es el gran engaño propuesto por los partidarios de una "modernización" de las economías, del mercado de trabajo, del gasto público etc : sólo ella nos avisaría de una decadencia inevitable a escala mundial... Sin embargo, a largo plazo siempre se produjo lo contrario. Y siempre, queriendo seguir el modelo o las condiciones de producción dictadas por el vecino, las Naciones decayeron, asentadas en sus certezas "modernistas". Y luego, cuando otras reaccionaron, después de tantos años de dependencia, supieron crecer e imponerse: la Alemania y los Estados Unidos de finales del siglo 19, la Europa y el Japón de los “Treinta Gloriosos”, la Corea del Sur, y todavía la Rusia, la Argentina y el Brasil de estos 10 últimos años. Todos ellos, cuando defendieron sus intereses y por lo tanto una producción nacional consiguieron elevarse, a menudo protegidos por aranceles aduaneros fuertes, por reglamentaciones pesadas y por una participación masiva del Estado, sin tomar en consideración cualquier dogma teórico del librecambio o del monetarismo. «España parece lívida» El descontento aumenta.. Indignados, desempleados o trabajadores pobres... mientras la contestación no consigue concretarse políticamente. Una responsabilidad que incumbe primero a la oferta política, encerrada hasta ahora en un consensual bipartidismo, apoyado por los principales sindicatos; al consenso europeo que más que en cualquier otro lugar jamás fue controvertido, ya que está plenamente admitido que Europa transformó España y supo integrarla al "mundo democrático y moderno"; por fin, a la sociedad española que por su afán de rechazar al PSOE no supo encontrar alternativas a un voto masivo (44 %) para la derecha popular y liberal en las elecciones legislativas de noviembre de 2011. Habrán hecho falta meses de huelgas y 8 planes de austeridad en Grecia para que aparezcan nuevos partidos políticos en sustitución de los gobernantes tradicionales responsables de la derrota del país. Esta vez, es España que entra en juego, y es un pez gordo. El que podría hundir el barco. Enviamos un mensaje de ánimo al pueblo español que sufre...