dimarts, d’octubre 23, 2012

Rajoy arranca ya la campaña catalana preocupado por el ascenso de CiU El PP ve respaldadas sus políticas de recorte con la victoria de Feijóo en Galicia (EL PAÍS, 23-10-2012)

Rajoy arranca ya la campaña catalana preocupado por el ascenso de CiU El PP ve respaldadas sus políticas de recorte con la victoria de Feijóo en Galicia Los frentes son tantos y tan complicados que se solapan. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dedica el 90% de su tiempo a la economía. La cúpula del PP pudo comprobarlo de nuevo ayer, cuando su líder, solo unas horas después del triunfo en Galicia y el pinchazo en el País Vasco, lanzó en el Comité Ejecutivo Nacional, a puerta cerrada, un larguísimo discurso centrado en la economía, lleno de datos muy concretos y algunos más optimistas que de costumbre. Sin embargo, el asunto central de la reunión, el que ocupa las conversaciones y los análisis internos, era otro: ¿qué hacer a partir de ahora en el País Vasco y Cataluña? Después del éxito gallego, que ha dado mucho aire político a Rajoy y ha puesto a Alberto Núñez Feijóo en primera línea para la sucesión, y tras la celebración de la noche del domingo, todos los dirigentes del PP con cierta experiencia política consultados son conscientes de que se enfrentan a un tsunami soberanista, en el País Vasco pero especialmente en Cataluña, frente al que tienen que marcar una clara estrategia. Rajoy ayer no dio muchas claves a los suyos, consciente de que podrían contarlas a la prensa. Pero el presidente ya está en ello. Este sábado empieza para Rajoy la campaña catalana con un acto en Barcelona. Su equipo ya están preparando un discurso importante. Es la primera vez que va a Cataluña desde la manifestación de la Diada. Lleva meses sin ir. Ahora Rajoy entrará abiertamente en campaña con un objetivo claro: que CiU no logre la mayoría absoluta, lo que daría alas al independentismo. Rajoy fue claro ayer ante los suyos: “Esa partida la vamos a jugar”. "Señor Feijóo, ¿se ve como el sucesor de Rajoy?”. “Es un disparate, supongo” El PP está convencido de que le está sacando mucho partido electoral al debate soberanista, porque deja en segundo plano los recortes, que son los que realmente le hacen daño, como se vio en Andalucía. Los populares creen que el PSC se hundirá en Cataluña y ellos tendrán muy buen resultado. Tanto que Alicia Sánchez Camacho, la candidata en Cataluña, señaló ayer ante los suyos que el PP podría ser el segundo partido en esta comunidad el 25 de noviembre. Pero el problema para los populares no es tanto si sacan o no un buen resultado, sino qué hacer al día siguiente con la ofensiva independentista de Mas. Sánchez Camacho lo planteó en términos especialmente dramáticos. Señaló que son unas elecciones en las que no solo Cataluña, sino España “se juega mucho” y aseguró ante la cúpula del PP que Mas “va en serio”. “Esto no es un chantaje para sacar algo en una negociación, si sacan la mayoría absoluta irán a por todas. Tenemos que impedirlo”, señaló. Rajoy fue muy duro con Mas, aun sin citarlo expresamente, según señalan varios de los presentes. “Es muy cómodo eso de echarle la culpa a Madrid y luego pedir que te financien el déficit”, aseguran que dijo. Menos preocupado se le vio con el País Vasco. Rajoy insistió en que este no es el mejor resultado del nacionalismo, y recordó el de 2001. Su inquietud real está concentrada en Cataluña. Y a eso se va a dedicar en las próximas semanas. Aunque ayer nadie dijo nada, como es habitual en las reuniones internas del PP, hay división de opiniones entre los dirigentes sobre cómo afrontar el desafío de Mas. Al principio Rajoy planteó una oferta de diálogo. Después ha endurecido mucho el discurso, acusando incluso a los nacionalistas de perjudicar las opciones de España de salir de la crisis. Este último parece el discurso electoral, pensado para arrebatarle votos a CiU. Muchos dirigentes piensan que, al día siguiente de las elecciones, Rajoy volverá a suavizar. “Lo lógico es esperar a que Mas mueva ficha, a que se equivoque, para reaccionar”, analizaba ayer uno de ellos. Otros señalan que Rajoy, después de las elecciones, tendrá que hablar también con el PSOE para ver cómo se enfrentan a la ofensiva soberanista vasca y sobre todo catalana. Rajoy y Sánchez Camacho dieron así por arrancada la campaña catalana, aunque el presidente se dedicó mucho más a la economía. A los suyos les dijo que el rescate sigue siendo una posibilidad pero dependerá de las condiciones. Y les dio algunos datos positivos de exportaciones e incluso dijo que la caída del PIB de este año va a ser menor de la que el propio gobierno tenía prevista. Rajoy se siente ahora legitimado en sus recortes tras el resultado en las elecciones gallegas, según explicó Cospedal. “Los ciudadanos gallegos han dado un respaldo claro a las políticas de austeridad del PP”, señaló la secretaria general. “Rajoy nos ha dicho que cuando uno gobierna y toma decisiones difíciles, los ciudadanos le respaldan”, insistió. Internamente, el análisis es compartido: Rajoy respira y tranquiliza a los barones que temían la ola anti-PP —“yo no tenia esos nervios, pero si esto de Galicia tranquiliza a algunos barones bien está que tranquilice”, ironizó Cospedal— y Feijóo se convierte en el referente de una posible sucesión si el presidente queda muy quemado tras el rescate. ¿Se ve como sucesor de Rajoy?, le preguntaron al presidente gallego. “Eso es un disparate”, se arrancó. Pero enseguida, y tras un silencio, dejó el muy gallego “supongo”.